mi oreja y yo
Sin embargo, no sé si por alguna confabulación extraña de los astros y demás fuerzas universales, durante estos últimos meses he ido descubriendo la verdadera naturaleza de algunas de las piezas dentro de este apreciado y, hasta donde yo creía, justipreciado círculo amical que me rodea y me esmero en conservar.
La más importante revelación que he tenido últimamente es la de la carencia de reciprocidad.
Yo no me creo ese cuento de que esperas dar sin recibir... al menos no en cuestión de emociones, pues si no hay nada que una más a los amigos, que el sentimiento de reciprodicad. Uno brinda su amistad y su oreja con la muy escondida y encaletada esperanza de que esta humilde ofrenda, será devuelta en algún momento, cuando tú lo necesites.
Para mi conmoción, he descubierto que mi afán por perfeccionar el acto de la escucha, ha ocasionado que el único vínculo que une a varias de mis amigas conmigo, es precisamente esa aptitud tan afanosamente trabajada!. Sería una buena recompensa, a tanto esfuerzo, si cuando a mi me pasan cosas que quiero contarles con el mismo ímpetu que ellas lo hicieron en su momento, la prestada de oreja fuera recíproca...pero no! ... más bien se reduce a respuestas como: "cuando a mi me paso...", (seguidos de una larga escucha de 3 horas), "ay ...ya no te preocupes...ay que salir para que te relajes" (porque no quiero escuchar tu aburrido cuento y me quiero divertir).
Es bueno saber esto, pero lo difícil es saber qué hacer con este descubrimiento ....me alejo de ellas? las conservo como amistades, muy a pesar de que sólo mi oreja me une a ellas?....tal vez si no lo sé, es porque haya una atadura más fuerte que me une a ellas. Ahora cambia mi pregunta...cuál es esa atadura? vaya tarea que tengo en mente.
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